Desconfiá de un argentino
Absorto me quedé. Absorto, sí. Esa es la palabra. Miren ustedes con lo que me vine a encontrar. Insólito. Insólito e inesperado. Me quedé fijo, con mis manos unidas, detrás de la cadera, moviendo sutilmente mi pierna derecha al ritmo de una máquina antigua de coser. Esas pulsiones que uno tiene, …